El reconocido luthier santiagueño, Froilán “El Indio” González, dialogó con Radio Amanecer sobre la realidad del país y su extensa trayectoria como artesano y “embajador cultural, educativo y turístico” de Santiago del Estero.
Con más de cincuenta años dedicados a la fabricación de bombos legüeros, González ha convertido su oficio en un sello de identidad nacional. Desde su espacio cultural “El Patio del Indio Froilán”, recibe cada fin de semana a miles de turistas y vecinos para compartir música, tradición y gastronomía, en un entorno que revive la esencia de los antiguos patios de familia.
“Yo vivo de la cultura, pero no me alejo de conocer las cuestiones políticas. Me duele la situación que se vive actualmente con la discapacidad, con el hospital Garrahan, la salud, las enfermedades. Me interesan los temas, me preocupan, pero no hago política”, expresó.
Bombos únicos para artistas de todo el mundo
Los bombos de Froilán son piezas personalizadas y únicas que demandan un largo proceso de elaboración. Su prestigio lo llevó a trabajar para artistas internacionales como Shakira, Gustavo Santaolalla, Rubén Blades, Chayanne y el Cirque du Soleil. También fue parte del histórico encuentro con Peter Gabriel en el año 2000, en uno de los festivales más importantes del mundo: “Recuerdo que compartimos un té y armamos bombos juntos; hasta me hicieron cerrar el festival después de Suzanne Vega”, relató.
En Argentina, su nombre está ligado a los más grandes del folclore: Mercedes Sosa, el Chaqueño Palavecino, los hermanos Carabajal, Soledad, Raly Barrionuevo, Abel Pintos, Jorge Rojas, Los Chalchaleros, Los Fronterizos y Los Tekis, entre muchos otros.
Un legado cultural y educativo
Además de su labor como luthier, González desarrolla una intensa tarea educativa: más de 15 mil chicos visitan su patio cada año en el marco de actividades escolares. “Me gusta trabajar con los de jardín y primaria, me divierto mucho. La niñez es fundamental, me duele cuando se daña a los chicos, cuando desaparecen o sufren abusos. En mi patio trato de darles alegría, libertad y conocimiento”, señaló.
Su historia comenzó hace más de seis décadas, cuando siendo pescador, junto a su padre y su tío, rescató un tronco de ceibo que luego se transformaría en su primer bombo. “Yo soy luthier por designio de Dios. Antes criaba animales y pescaba, pero mis tíos eran músicos y ahí aprendí. Tuve un encuentro con Dios, él me dio sus manos y me habló, no tuve miedo, solo entendimiento”, recordó con emoción.
Sueños y compromiso social
“El Indio” asegura que su mayor deseo es ver un país más justo: “Antes de irme, me gustaría que se les devuelvan los derechos a los discapacitados y a quienes pasan hambre”. Y añadió: “Yo le devuelvo la vida a los pájaros, siempre les doy de comer, es mi forma de entregarme a la naturaleza también”.
Con su arte y su compromiso, Froilán González sigue escribiendo una historia que trasciende generaciones, llevando desde Santiago del Estero la voz profunda del bombo legüero al mundo entero.