En la zona de Montecarlo, Reconquista, Aldo Raselli cultiva con dedicación su huerta, una labor que lleva adelante desde hace más de 30 años. Heredó el oficio de su padre, quien se dedicaba a la producción de tomates cuando Aldo apenas tenía cinco años. Desde entonces, encontró su vocación en la tierra, y con el tiempo se enfocó en la producción de verduras de hoja.

Actualmente, en su huerta se pueden encontrar cultivos frescos de achicoria, rúcula, espinaca, lechuga, remolacha, cebolla de verdeo y acelga. “Ahora tenemos achicoria y acelga nuevita”, comenta con orgullo.

El día comienza temprano para este productor: «El trabajo arranca cerca de las 6 de la mañana hasta las 11, y luego seguimos desde las 13 horas hasta que baja el sol», explica. Además del trabajo en el campo, también atiende a los vecinos que se acercan a comprar directamente en su casa. “La gente ya conoce, muchos chicos que andan por los barrios vendiendo verdura vienen a buscar acá, consiguen un poco más barato”, señala.

Como todo agricultor, Raselli enfrenta los desafíos que impone el clima. “Esta temporada estuvo complicada por los días nublados. La lluvia estuvo bien, pero la humedad por la falta de sol pudre las verduras”, dice. Y recuerda que en la siembra anterior el problema fue el contrario: la sequía.

A pesar de todo, su compromiso con la tierra no se detiene. “Vamos subsanando los desafíos, a la buena de Dios”, resume con humildad y esperanza este productor que mantiene viva una tradición familiar y una fuente de alimento saludable para su comunidad.